Home » ¿Qué tanto daño nos hace llamarnos “informales”?
Después de Estados Unidos y Brasil, Perú es el tercer país de América, en términos absolutos, más afectado por el COVID-19. La pandemia ha sacado a relucir todas aquellas graves falencias institucionales y brechas de desigualdad económica y social que nos aquejan desde hace décadas como país. Asimismo, ha develado al mundo la naturaleza del mercado laboral nacional, cuya composición es en 75 por ciento Población Económicamente Activa (PEA) independiente y dependiente sin contrato: los mal llamados “informales”.
El término “informalidad” (o “informales”) está más que presente en los discursos políticos y periodísticos nacionales. “El bono que aprobamos para independientes o informales, que alcanza a 780 mil hogares, a partir de mañana empieza a hacerse el pago”, declaró el presidente Martín Vizcarra en conferencia de prensa el pasado 7 de abril. “El Perú informal no espera al final de la cuarentena para trabajar”, indica el titular de una nota del Diario Gestión. “Como sector salud nosotros tenemos dos responsabilidades, una es vigilar que la apertura económica formal o informal, en este caso, es que no tenga, que no signifique un rebrote de la epidemia en la sociedad (…)”, señaló el ministro de Salud, Víctor Zamora, el 30 de mayo, desde el Centro de Comando COVID-19.
A pesar de tener coherencia entre ellos, los productores de estos discursos caen en tres graves errores:
Es más, por ejemplo, en el estudio conducido por el Grupo de Análisis para el Desarrollo – GRADE, enfocado en microempresas del Cercado de Lima, se concluyó que, mientras no se ataquen los costos relevantes; es decir, los asociados a actuar dentro de la formalidad, ninguna formalización será sostenible.
“Identificar los factores que están detrás de la baja demanda de formalidad entre las pequeñas y microempresas del país no es sencillo. Cuando se les pregunta a los empresarios sobre si quisieran formalizarse, la respuesta es, naturalmente, sí. Más del 90% valoran actuar dentro de la ley, lo que desmiente la idea de que hay una especie de sub-cultura informal que recusa la legalidad”, establece en su artículo del Diario El Comercio, el investigador principal de GRADE, Miguel Jaramillo.
Es momento de cambiar los discursos político y periodístico, y de empezar a explicar a fondo realidades complejas como la nuestra. Dejemos de perpetuar y agudizar diferencias económicas y sociales que tanto nos enferman. Veamos la oportunidad de crecer en donde otros solo ven el problema. Perú es uno de los países con más autogestión empresarial del mundo. La modernización y el desarrollo de sus micro y pequeñas empresas, junto a una adecuada representación para el desarrollo de políticas públicas inclusivas, generarían también un desarrollo micro-financiero, cultural y organizacional a nivel nacional.
Directora de Comunicaciones de Equilibrium CenDE