Retos de la juventud peruana frente al cambio climático
El siguiente artículo propone un enfoque integral para abordar la problemática ambiental en Perú, considerando dos niveles de acción: macro y micro. Se explora la relación entre los niveles de preocupación ambiental y las acciones concretas realizadas por los jóvenes peruanos, así como el acceso a la información y la participación efectiva en actividades de protección del medio ambiente. Además, se ofrecen sugerencias para fortalecer ambos niveles de acción analizados.
El punto sin retorno de la amenaza climática está cada vez más cerca. El 2021 representó otro año más en el cual se batieron récords de temperatura en diversas partes del mundo1. Bajo este panorama, los Estados vienen renovando sus compromisos sobre limitar el incremento de la temperatura a 1,5 °C y apuntar hacia un proceso de descarbonización en sus economías, el más reciente espacio de reunión para tratar esta problemática fue la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) en Glasgow, Escocia. No obstante, dichos eventos no han estado ajenos a la crítica social2, principalmente por su limitado alcance en los países más emisores de CO2 a la atmósfera y el recurrente incumplimiento de los avances acorde a los objetivos para frenar el cambio climático.
Abordar la problemática ambiental desde el Perú requiere trabajar desde dos frentes, bastante complejos e interdependientes entre sí. El primero es a nivel macro, implica replicar lo que hacen otros países y cómo desarrollan sus actividades económicas. Uno de los principales focos de atención es la transición energética a gran escala, esta busca darle un giro a los procesos de desarrollo industrial del siglo pasado, los cuales fueron altamente demandantes de energías no renovables y emisores de CO2 como el carbón y el petróleo.
En el Perú, la matriz energética está compuesta en su mayoría por hidroeléctricas y gas natural, si bien estos recursos son bajos en emisiones, también son muy sensibles a los efectos del cambio climático. Agregado a ello, por el contexto de la pandemia de COVID-19, existe una gran preocupación en que la recuperación económica no incluya inversiones sostenibles, sobre todo en países de regiones como América Latina, donde sus economías se han visto más afectadas durante el año pasado 3.
En el segundo frente, desde un nivel micro, implica el cambio en patrones de consumo y participación activa, cuya demanda se logre replicar en políticas públicas y sostenibilidad empresarial. En particular, las juventudes son un grupo poblacional clave para que este proceso ocurra en el mediano y largo plazo. Según nuestro estudio ¿Agentes de cambio o cómplices de un planeta en riesgo?, la juventud peruana presenta una preocupación alta por el medioambiente, donde 8 de cada 10 jóvenes considera muy importante su cuidado. En menor medida, la importancia que se da a la aplicación de políticas ambientales se reduce ligeramente a un 72%, en parte por la desconfianza a las instituciones públicas.
Sin embargo, el nivel de preocupación en las juventudes no es coherente con las acciones realizadas por este grupo. En hábitos de consumo ecoamigables, nuestro estudio señala que 7 de cada 10 jóvenes utilizó envases fáciles de reciclar o reutilizables en sus compras del último mes, cabe señalar que esta tendencia se incentivó tras la promulgación de la “Ley de Plástico de un solo uso”. En otros hábitos la tendencia es menor, por ejemplo, en la compra de productos ecológicos o no contaminantes (50%) o en el empleo de la bolsa de tela por sobre el plástico (67%). Se requiere impulsar cada uno de estos hábitos dado que, para compensar los efectos ocasionados por el uso del plástico, se tienen que emplear otras opciones de forma intensiva 4.
Otro componente importante en este frente es el acceso a la información, la cual está presente en un 36% dentro de los jóvenes que afirmaron recibir información sobre el cuidado ambiental. Si profundizamos en los medios por los cuales reciben este contenido, un 68% lo hace por las redes sociales y un 39% a través de la televisión. En contraste, solo un 17% lo realiza a través de instituciones públicas especializadas en temas ambientales. Lo cual representa una ventana a la desinformación debido a que los canales institucionales con contenido científico sobre las acciones con mayor impacto en la reducción de huella de carbono5 estarían siendo las menos usados.
Finalmente, la participación efectiva en actividades de protección medioambiental es reducida, sólo un 19% de los jóvenes. De todas las opciones, existen diversas acciones: con mayor impacto en la reducción de huella ecológica individual, se encuentra el recojo de desperdicios en áreas verdes (41%) y plantaciones de árboles (28%); y, en menor medida, está la promoción de uso de vehículos alternativos al automóvil (16%), el reciclaje (9%) o la participación en manifestaciones o protestas en defensa del medio ambiente (5%).
Ante este panorama, promover una sociedad sostenible en países de América Latina, en particular en Perú, requiere avanzar en ambos frentes basándose en los avances científicos en materia del cuidado ambiental. En ese sentido, fortalecer ambas cuestiones requiere de lo siguiente:
Ampliar el acceso a información ambiental en el 64% restante de jóvenes, incrementando el nivel de contenido difundido que está basado en hallazgos científicos verificados o proviene de alguna institución especializada en materia ambiental.
Promover una cultura de hábitos de consumo ecoamigables, siendo conscientes del alto impacto que tiene la reducción de huella ecológica individual. De esta manera, poner en evidencia la necesidad de adoptar hábitos acorde a los diversos estilos de vida presentes en las juventudes peruanas.
Acrecentar los niveles de participación de las y los jóvenes, encontrando soluciones para fortalecer el papel paliativo y reactivo a uno más activo y transformador; que forme parte de una ciudadanía atenta y vigilante de la creación y aplicación de las políticas ambientales que llevan a cabo los líderes políticos y empresariales. Esto es fundamental no solo para reducir los efectos más próximos, sino como base para construir un desarrollo sostenible para su futuro.
Referencias:
1. Organización Meteorológica Mundial (2021). La Organización Meteorológica Mundial reconoce un nuevo récord de temperatura en el Ártico de 38 °C [Revisado: 26-01-2022]. Publicado en: https://public.wmo.int/es/media/comunicados-de-prensa/la-organizaci%C3%B3n-meteorol%C3%B3gica-mundial-reconoce-un-nuevo-r%C3%A9cord-de
2. BBC (2021) Greta Thunberg y la COP26: las duras críticas de la joven activista sueca a la cumbre de Naciones Unidas sobre cambio climático. [Revisado: 26-01-2022]. Publicado en: https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-5918697
3. BID. (2021). Oportunidades para un mayor crecimiento sostenible tras la pandemia Informe macroeconómico de América Latina y el Caribe 2021. Banco Interamericano de Desarrollo.
4. Our World in Data (2018) Grocery bag comparisons of environmental impact. [Revisado: 26-01-2022]. Publicado en: https://ourworldindata.org/grapher/grocery-bag-environmental-impact
5. Diana Ivanova et al (2020) Quantifying the potential for climate change mitigation of consumption options. Environmental Research Letters 15. Publicado en: https://iopscience.iop.org/article/10.1088/1748-9326/ab8589
APA: Tovar, A. (2022, 28 de Enero).Retos de la juventud peruana frente al cambio climático. https://equilibriumcende.com/retos-de-la-juventud-peruana-frente-al-cambio-climatico/
Autor: Alonso Tovar